Hay momentos en los que el amor de los demás me fastidia,
esa cursilería que se torna empalagosa cuando dos personas dicen cosas como: Te
amo bebé, sin ti sería nada, me haces feliz, quédate conmigo, juntos forever…
Lo peor es que cada una de esas vainas viene acompañada de un beso largo y
baboso. ¿Cuál es la necesidad de repetir lo mismo cada que se ven? Sí,
entiendo, no es de lo único que hablan, también pueden hablar de lo que harán
cuando vivan juntos, de los nombres que les pondrán a sus hijos, y tal vez
hablen de telenovelas. Usted, la persona que lee esto habrá presenciado
momentos así, en los que oye una mano de babosadas de las que bien se
podrían redactar textos de telenovela mexicana.
Pero lo único no es eso, aparte de lo empalagoso que a veces
se vuelve el amor, lo peor es cuando esas dos personas que antes se trataban
de: Gordita, mi gordito, bebé, mi rey, mi choricito, mi morcillita, se separan.
No hay nada más mamón que ver a dos idiotas que se siguen queriendo chillando
porque el otro los dejó, o sea, en esos momentos en los que hay que actuar como
consejero (porque amistad que se respete aguanta lágrimas y sorbidas de moco) lo
que más se dice es: No llore, usted no está sol@, él no se la merece, y lo más
patético que he oído: Si la quiere, la buscará. ¡Por favor!, eso mismo está
pensando el otro pendejo, ese juego de orgullo en donde gana el que le haga
pensar al otro que no le importa me parece grotesco. Un verdadero consejero le
debería decir algo como: ¿Por qué carajos chilla? (en ese momento la persona
que está llorando, llora más fuerte), ¿Por qué llora tan pasito? Saque todo lo
que tiene guardado, grite, nómbrelo, dígale todo lo
que siente como si lo tuviera de frente. Un verdadero amigo hace la catarsis de muchos meses en una noche.
En esos momentos de tristeza exteriorizada la labor del amigo es acompañar y
hacer sonreír, es más, a veces ni
siquiera es necesario hablar.
Entonces pasa el tiempo, cada uno gracias a su orgullo y ego
de futbolista colombiano que juega en Argentina, piensa que es tema superado,
que ya todo pasó. La vaina fuerte es cuando se vuelven a ver, ese cruce de
miradas corto en tiempo y eterno en valor
marca el punto de inflexión en las dos historias. Ella siente un vacío en el corazón, un nerviosismo
que pica, él intenta girar la cabeza pero la conexión es inevitable. Seguirán
caminando y fingirán no haberse visto.
¿Y así termina todo? No, claro que no, todo el día estarán
pensándose, recreándose, tal vez lloren, tal vez llamen a un amigo que los
aterrice y los haga berrear más.
No sería descabellado pensar que usted, quien lee esto, en
algún momento haya pasado por la situación de los dos enamorados, de los amigos
consejeros, de los dos idiotas orgullosos, o en su defecto, de todas las
anteriores.
Pero no es lo único que me tiene pensativo, aparte del amor
empalagoso y el patético orgullo, me pregunto ¿Cómo carajos (nótese que me
gusta la palabra carajo) la gente, después de ver y vivir tanto fracaso amoroso
sigue intentándolo? Y con una sola persona.
Pienso que si el objetivo al pensar en amor es encontrar la
otra mitad, se puede conseguir en dos personas: ¼ y ¼ cada una. ¿Es por
moralidad cristiana-católica que se piensa así? He conocido muchas personas que
dicen creer en Dios pero no en la iglesia, y aún así no conciben poder estar
con dos personas, dicen que eso significa no ser conscientes de los sentimientos
de la otra persona, de alguna forma irrespetarla, engañarla. Muy
respetuosamente difiero de eso, es decir, los musulmanes no ven nada de malo en
eso, es más, los judíos, desde la historia demostraron que entre más esposas e
hijos se tengan, ¡Mejor para el mundo! O pregúntenle al padre Abraham. Pero de
ninguna forma estoy incentivando ideas machistas, tampoco estoy diciendo: Libertad,
beban, farreen y tiren, no. Simplemente pienso que encontrar y llevar a cabo
una vida con dos personas que pueden brindar cosas distintas y que a su vez completen
la otra mitad que se busca no es para nada descabellado.
Es que la idea de amor se da de todos lados: En el cine: Titanic, Up, Como si fuera la primera vez y tantas películas que seguro si
tuviera en frente a alguna pareja enamorada llenaría el límite de caracteres del
blogg. Literatura: Romeo y Julieta, Noches blancas, La odisea, La Ilíada; Música: el Orfeo de Monteverdi y tanto
grupo melancólico-baladero. Recibimos constante bombardeo de amor desde muchos
medios, es entendible que con tanta información el cerebro se sature y termine
en disvariaciones totales como la de intentar enamorarse.
¡Ahg!, la verdad me mamé de intentar entender eso, basta con decir que todos son libres de elegir cómo quieren ser felices, si con
una persona, con dos,con tres, con cuatro, las que sean, si son Católicos o Musulmanes, si
son hinchas de Santa fe o Millonarios, si prefieren el Barca o el Real. La
clave está en buscar la felicidad sin pasar por encima de otros.
Un último consejo: Si alguien los compara con el cielo, no
lo vean como un halago, puede que ese alguien viva bajo mucha polución.
Mi Mismo.