sábado, 29 de noviembre de 2014

La mujer que construyó su riqueza gracias a la fritanga


Oyéndoles expresamente de este modo alégrose Ulises, pues vio en su determinación un buen presagio. Entonces el propio Antínoo puso ante él una morcilla enorme repleta de sangre y grasa, y Anfímono le sirvió dos panes que tomó de un canastillo, y dándole luego vino en una copa de oro le habló de esta manera: “¡Salud, valeroso extranjero! ¡Ojalá seas dichoso en lo sucesivo, ya que hasta ahora te ha abrumado tanto la desdicha!” La Odisea, 

Homero. Página 273



Carmen Rosa Novoa está obsesionada con la belleza, sigue cuidadosamente dietas de fruta y verdura, le fascina estrenar ropa,  se ha hecho tres liposucciones y además, es la reina de la fritanga en Cáqueza, Cundinamarca, donde lleva más de 30 años subiendo los índices de colesterol de una población donde el 54% es obesa.




Es considerada por los caqueceños como una de las personas más ricas del municipio, aparte del local que administra desde los 20 años, y que amplió en septiembre, tiene 5 casas, un estadero vía al llano y dos camionetas. Cuatro de sus 5 hijos son profesionales universitarios. Su fortuna está cimentada en la grasa de los casi 500 marranos que sirve al año porcionados y envueltos en hojas de plátano o papel periódico.

De su local han salido con los dedos engrasados y la boca hastiada de chicharrón, conductores de tractomulas y turistas, artistas nacionales como Amparo Grisales, Darío Darío, Charrito Negro y el elenco completo de Sábados Felices.

Carmen está al frente de su negocio, y es literal, lo primero que uno ve al llegar es la imagen de una mujer seria, de mirada concentrada en el cerdo cocinado y en el dinero que cobra por él. No abandona nunca ese lugar, mientras ella reparte, 10 empleados trabajan desde el interior para que a ella nunca se le vacíe el platón desde el que distribuye el piquete, esa es su carta de presentación ante el mundo.
Es hija de herrero y mesera, tiene 6 hermanos y cuando tenía 15 años su padre se fue sin avisar, ella dice que se le corrió el champú, no se supo qué fue de él, Carmen cree que lo atracaron y lo mataron o en el mejor de los casos, lo atropelló un carro. Así que le tocó empezar a trabajar por ella y sus hermanos, “yo no sabía hacer nada porque mi papá me tenía como la niña bonita de la casa, me consentía mucho, mis hermanos decían que yo era la única hija para él. Perdimos las herrarías de papá, perdimos los caballos. Mi mamá lavaba la ropa de los que trabajaban en un piqueteadero y yo entré a trabajar con ella, nos íbamos con los bultos de ropa al río- a unos 3 kilómetros- para lavar”.
Durante 5 años pasó de lavar ropa a juagar y pelar papas-que para ella era lo más difícil porque pasó de arreglarse las uñas casi a diario a verlas negras y sucias durante meses enteros- a hacer rellena, fritar marranos y servirlos. Aunque logró cogerle el tiro a las papas, nunca pudo filetear el cerdo, hoy, treinta años después es lo único del proceso de la fritanga que no puede hacer. Conoció a Jorge, un hombre de bigote corto, voz suave y experto en cortar marranos, “nos complementamos hasta en eso” dice Carmen.

Junto a Jorge se fue para abrir su propio negocio, llegaron a una casa con piso de barro, las paredes en obra negra y sin baños, duraron 6 meses yendo todos los días para volverla medianamente decente, “era horrible”, recuerda ella,  pero luego de construir el interior a su antojo, vinieron los buenos momentos, y desde ahí, la prosperidad de la fritanga no parece tener fin, “del restaurante donde trabajaba antes me traje todos los clientes, yo era chusca y medio coqueta, los trataba bien, y como paraban las flotas de Bolivariano y La Macarena, me hice amiga de los conductores, y cuando abrí mi local se pasaron para acá; además, ellos le recomendaban a sus pasajeros comer donde La Madrina-así se llama el restaurante-”.

Hoy, tras una ligera ampliación, los pisos están enchapados, las paredes pintadas de blanco, hay casi 30 mesas ubicadas en el primer piso. En el segundo nivel se cocina la morcilla, las papas y la yuca. El cerdo se corta y se frita en el primer nivel de la casa.

Del chiquero al fogón

Carmen Rosa compra los marranos a campesinos de municipios aledaños a Cáqueza como Fosca y Chipaque, se llevan al matadero ubicado a unos dos kilómetros de La Madrina y allí se les duerme, en medio del sueño inducido son apuñalados hasta desangrarlos casi por completo. Se suben a un camión y en cuestión de minutos están sobre una mesa para que el matarife- el que arregla por cortes el cerdo- haga su trabajo.

Carlos tiene 21 años y desde los siete corta las fibras carnosas del cerdo para poder segmentarlo y poderlo fritar. “Llevo una lista de cada marrano que he arreglado, por peso y todo, en catorce años he cortado 1763, con Carmen llevo trabajando 4 años y en lo que va del día-siendo las 3:30 p.m.- he arreglado tres”, cuenta mientras desuella el último cerdo de la tarde, en el que solo empleó 10 minutos, lo cortó con una facilidad tal que parecía que entre sus manos tuviera una cebolla y no un gigante de 100 kilos. “Yo no como piquete porque estoy cansado de verlo todos los días, me gusta más la bandejita tradicional del almuerzo que venden acá”.

Luego los cortes pasan a fritarse en inmensas ollas repletas de grasa, su circunferencia es casi de un metro y la profundidad llega a ser de 15 centímetros. En cada sartén de estas cabe un marrano. Siempre hay tres sartenes listas por si el número de clientes lo amerita.






Mientras el cerdo se frita, en el segundo piso del complejo grasoso de Carmen, Luis Baquero, con las manos tiesas, descongela y lava las tripas de res que terminan siendo la envoltura de la rellena, “Doña Elena, una amiga de la señora Carmen es quien trae la tripa. Si la trae bonita me demoro media hora arreglándola, llega con 50 o hasta 200 varas de tripa”. Doscientas varas equivalen a 160 metros, es decir que con esa cantidad de tripa se podría delinear una cancha de fútbol profesional de acuerdo a las medidas internacionales: 100mt x 65 mt.


Baquero tiene, tal vez, la receta secreta del éxito de Carmen Rosa en el negocio de la grasa: él es quien prepara la morcilla. Dice que lo más tedioso es la picada de la ahuyama y la cebolla, y es que con estos ingredientes, más arroz, ajo, comino y sangre, debe llenar diariamente uno, dos, o hasta tres platones con capacidad de 26 kilos. “Preparo morcilla desde los 13 años, acabo de cumplir 54. El secreto está en 4 cucharadas de ajitos y un cuarto de paquete de comino.” Y se refiere a su jefe “A ratos ella cansa-  pero ahí se va. A veces dice que la rellena quedó aguada, que son puras babas. Cuando no vendemos casi es cuando más cansa, pero hoy, no ha cansado tanto. El día que ella falle de 7 u 8 marranos se enverraca, mínimo tiene que vender 5 marranos.”

 


Del fogón al plato

Por los pasillos del restaurante desfilan ayudantes de cocina cargando ollas y más ollas repletas de papa salada, morcilla, chicharrón cocho, carne de cerdo, de res, chorizo, yuca… Son cientos de kilos al día destinados al platón hondo donde Carmen mezcla, manipula, corta y sirve.

-          “Doña Carmen, sírvame un piquetico pero sin ir a subestimar, bien repartido y con cero colesterol” le dice un cliente que viene de Bogotá junto a 4 amigos solo para comer fritanga. Ella se ríe y dice: “Oigan a este pendejo, dizque cero colesterol, más bien dígame si eso de “sin subestimar” es un piquete de 20 o 30 mil, es que este siempre me la hace y yo le sirvo uno de 30 y me dice que pidió uno de 20, ya me lo conozco.”

Luego de recibir el pedido, Carmen, con las manos hechas grasa empuña el cuchillo, corta, separa, mueve, revuelve y sirve moviendo sus manos con la velocidad de un ilusionista que en vez de esconder la moneda bajo un vaso,  parte carne y morcilla hasta desaparecerla en cuestión de minutos, pero sucede algo extraño, a pesar de que despacha y despacha pedidos, la cantidad de comida no diezma.

Para que Carmen abandone el timonel del barco de la fritanga, que es esa vitrina en todo el frente del negocio, es porque tuvo que pasar algo grave, “hace 5 años mis patojos sufrieron un accidente terrible. Venían manejando en carretera y se voltearon, casi me muero, y ellos de milagro que no, cayeron desde el Puente Real hasta abajo, en ese momento Jorge-el esposo-  me dijo: vaya, no se afane, y se quedó cuidando.”

De resto ella no se mueve de su lugar, si la venta comienza a las 7a.m. y acaba a las 8 p.m. siempre estará ahí, dice que lo hace porque solo una persona puede controlar la venta de la comida, “si fuera un negocio de gallinas es fácil porque las puede contar, sabe cuántas tiene, pero esto no lo cuenta ni el putas, nadie más que yo puede coger esto.  Usted le puede estar echando más carne como también le puede estar echando menos, ¿Cómo alguien que no esté todos los días en esto va adivinar la cantidad a servir si el señor pide 10 mil de rellena? Tendría que dejársela cortada por pedazos”




La grasa es oro



El precio de cada marrano se calcula por el peso,  luego de apuñalarlo se pone sobre una balanza y se paga la arroba a $80.000. Puede haber cerdos de 8, 10, 12 arrobas, a veces un poco más. Si un cerdo promedio pesa 10 arrobas cuesta 800 mil pesos, de esta forma, Carmen se gasta a la semana 20 millones de pesos solo comprando los animales. Si a cada cerdo se le saca una ganancia cercana al 60% hablamos de más de 30 millones que entran a la registradora de esta mujer que gana al mes, mucho más que un congresista de la República.


Maneja tan bien el dinero  que le han ofrecido abrir otros locales en Bogotá, pero siempre ha sido desconfiada con eso, así como es recelosa con el hecho de soltar la caja, lo es más cuando se le acercan a endulzarle el oído con propuestas de negocio, en donde ella solo tiene que decir cómo hace para ser rentable y así se vuelve socia vitalicia, “en Bogotá hay un local de fritanga que queda en el centro por San Andresito, se llama Pinocho, el dueño vino y me rogó que montara negocio con él, que se lo enseñara a manejar, eso me rogó como no lo hizo mi marido… El señor tenía 45 locales más, pero eran como de negocios raros y luego llegaron los de la DIAN y los tuvo que cerrar”.

Su éxito económico se lo debe a que es honesta con sus proveedores, habla mal de su competencia, dice que son unos ladrones porque no les pagan a tiempo a los dueños de los chiqueros, que por eso es que en los demás locales se mata un marrano diario y sobra, mientras ella puede, en un mal día, vender 3 o 4.

Demandas y quejas

La expresión seca y hasta ruda de Carmen Rosa refleja tal cual su carácter. Dice que su esposo la aguanta porque se complementan muy bien, ella es una histérica y él la mata de la nobleza, pero para sus clientes ella es seria pero cordial, de vez en cuando uno la ve “echando rulo” con alguna amiga, pero eso sí, sin moverse un centímetro de la vitrina de la entrada.

Aunque no tiene buena memoria para los rostros, saluda a todos los clientes fingiendo saber quiénes son, así disipa un poco su gesto duro; sin embargo, no lo puede hacer con sus empleados, tanto cocineros como meseros concuerdan en que “Carmen es jodida”, una de las cocineras dice que se la pasa diciéndoles lentas, flojas, y ella responde que “Lo más difícil son los empleados, los hijueputas me han demandado y todo, por prestaciones de servicios, por salud, por lo que sea, ¡jueputa! yo les pago a ellos a diario, comen de lo que hay acá y no les digo nada, hartan de todo y me quedo callada, y todavía tienen el descaro de traer los hijos a tragar acá. ¿Cómo le parece?”

En septiembre, en ánimo por establecer lazos de confianza, Carmen armó una fiesta en una discoteca para jugar amigo secreto con sus empleados, llevaron música, comida, trago y regalos, pero el objetivo no se cumplió, y como la jefe no toma trago, se fue a las pocas horas y los dejó botados. Al otro día, Luis Baquero, el hacedor de la rellena más apetecida de Cáqueza, “Se le pegó la aguja y quedó aplastado, no vino a trabajar” recuerda con reproche Carmen. Cuando Carlos se refirió al mismo tema dijo “Las mujeres con nosotros los hombres son muy mamonas, así sea sardina o vieja, no van a dejar de joder, y así es Carmen Rosa. Puede ser buena persona pero cansa más que mi mujer, ella solo me llama cuando necesita algo, de resto no me jode pa´nada”

***
El día laboral de Carmen finaliza casi siempre a las 8 de la noche, se para junto a sus empleados mientras limpian la cocina, les habla, les ordena, les cuenta chistes, los regaña, los apura y les paga. Al llegar a la casa se baña, da de comer a un par de toches que tiene como mascotas, se lava las manos con una insistencia casi enfermiza, la atemoriza vivir entre grasa, llegó a pesar 90 kilos y por eso la angustia por la obesidad la ha llevado a operarse tantas veces, aunque dice que si tiene que volver a hacerlo, lo hace, para eso le va a pagar la especialización en cirugía plástica a su hijo.

Carmen Rosa Novoa está obsesionada con la belleza, sigue cuidadosamente dietas de fruta y verdura, le fascina estrenar ropa,  se ha hecho tres liposucciones y además, es la reina de la fritanga en Cáqueza, Cundinamarca, donde lleva más de 30 años subiendo los índices de colesterol de una población donde el 54% es obesa. 









lunes, 17 de noviembre de 2014

Somos varios a lo largo de la vida

Creo que no me concentro porque no encuentro mi centro, escribo desde un lugar que me es ajeno pero que veo todos los días. Este último semestre me ha enseñado que me falta mucho por aprender, que basta con unos pocos amigos y que la salsa tiene tanto de perreo como el reggaetón.

Mis abuelos me han dicho que es normal que seamos varias personas a lo largo de la vida, yo no me siento la misma persona que hace seis meses. He aprendido a escuchar más, a callar más, a embarrarla menos.

“No deje que los malos ratos le quiten las cosas buenas que trae su alma”, me dijeron hace poco. Dios envía ángeles para que acompañen nuestro camino, por eso no hay que sorprenderse cuando el día comienza siendo una mierda y de la nada aparece una vieja amiga que pregunta “¿cómo va todo?”.


Una vez escribí que cada poro de mi piel es un error que he cometido, es que soy tan defectuoso como el “Ay vamos” de J Balvin; pero si las palabras que escribo tuvieran rostro, serían una combinación entre sonrisa indeleble y mirada llena de futuro.

Mis prioridades siempre estuvieron en segundo lugar, ahora tengo más metas que crespos en la cabeza,  encontré mi mirada perdida y dejé de pre ocuparme para ponerme a hacer lo que me hace feliz. Me preguntaron que qué vainas me hacen feliz, respondí que Santa fe, mi hermana, mi trabajo y jugar bolos; bueno, tener eso claro es el primer paso firme de alguien que hace mucho no caminaba solo.

Mi pasado ya no es borroso, y no lo digo por la operación que me quitó la miopía, sino porque aprendí a guardar en mi memoria los instantes en los que me sentí pleno, y como me dijeron mis abuelos, somos personas diferentes a lo largo de la vida, y la caja de pandora que para Daniel eran sus recuerdos, se convirtió en una cajita musical que lo arrulla cuando la pone a sonar.

Y si comencé diciendo que no encuentro mi centro, era mentira, es que la primera frase siempre se me ha hecho complicada, pero ahora que lo pienso, si hubiera comenzado con algo feliz, como terminó siendo el resto del texto, nadie habría leído. En estos meses también aprendí que la gente disfruta el morbo de la tristeza ajena.

No siendo más, los dejo que voy a jugar bolos.


PD: ¡LE GANAMOS 3-2 A NACIONAL! JUEPUTA, POR FIN. Paz en los estadios.

lunes, 10 de noviembre de 2014

A la revolución de los paraguas se le abren goteras



A pesar de ser la manifestación más concurrida de los últimos 25 años, el espíritu prodemocracia de los hongkoneses, parece desaparecer.


Después de que el pasado jueves el presidente de la República Popular China, Xi Jinping, diera a conocer su disposición de dialogar con los manifestantes, gran cantidad de miembros de la llamada “Revolución de los Paraguas”- llamada así porque los manifestantes usan paraguas para defenderse de la policía- han regresado a sus labores cotidianas. Las escuelas que permanecían cerradas, porque la materia prima de las protestas era estudiantes, volvieron a abrir. Alex Chow, líder de la Federación de Estudiantes de Hong Kong le aseguró al diario El País de España que “Ha terminado la primera fase. Pero esto es una batalla a largo plazo”.

El segundo hecho que debilitó los aires de revolución que impulsaban las marchas fue el enfrentamiento entre los mismos ciudadanos hongkoneses. Personas que no estaban de acuerdo con las marchas de los estudiantes atacaron los campamentos en los que se encontraban los manifestantes prodemocracia. La policía contuvo los ataques pero la discordia continúa, en una nota del diario South China Morning Post, un usuario anónimo comentó “La policía debería dejar que las personas de Hong Kong quiten a los manifestantes de las calles. Ya fue suficiente y estos personajes de Occupy Central no representan a nadie”. Occupy Central se autoreconoce como un movimiento de desobediencia civil, y ha tomado la vocería de las marchas en varias ocasiones.

Esto último evidencia el tercer motivo del desmoronamiento de la protesta, no hay quien dirija las protestas, “Por un lado está la Federación de Estudiantes; y por el otro, Occupy Central with Peace and Love; aunque el objetivo era unir a toda la comunidad en un grupo sólido, los manifestantes eran jóvenes y no representaban a otros sectores de la población hongkonesa, por eso no tuvieron el impacto que querían y terminaron enfrentados entre sí por falta de liderazgo.” Sostiene Daniel Canal, colombiano residente en Beijing y redactor del diario China Files Español

Las inconformidades de gran parte de los ciudadanos hongkoneses surgieron porque el gobierno central, a través de una reforma electoral, definió que desde 2017 los candidatos a Jefe de Gobierno de Hong Kong debían contar con un aval previo del Estado central, es decir, los aspirantes eran preseleccionados y presentados con base en los intereses del gobierno de Beijing. Los manifestantes exigen un sufragio universal en donde ellos mismos postulen a sus candidatos.

Las marchas se iniciaron el primero de julio, pero solo desde el 22 de septiembre convocaron a miles de ciudadanos, cuando se sumaron los estudiantes. Comenzaron bloqueando las calles y el centro financiero. El punto de mayor tensión se vivió el 30 de septiembre, cuando los estudiantes, además de amenazar con ocupar edificios estatales, exigieron que Leun Chung-yin, jefe de Gobierno, renunciara a su cargo. El antecedente histórico más cercano a las multitudinarias protestas ocurrió en 1989, fue la denominada Revuelta de Tiananmén, donde murieron casi 800 personas.

Hong Kong fue una colonia británica hasta 1997, cuando se venció el contrato de arrendamiento que tenía Reino Unido con China, desde ese momento funciona lo que se denomina “Un país, dos sistemas”, significa que, por ejemplo, existe la posibilidad de que haya territorios que se desarrollen bajo una lógica capitalista, dentro de un país comunista,. Esto se debe porque “Durante casi 100 años los británicos se adueñaron de este territorio, crearon varias generaciones con un pensamiento típicamente occidental. Aman más a la reina de Inglaterra que al presidente chino.” Explica Jesús Arturo Gálvez, doctor en Derecho Internacional y conferencista político en China.


Manifestantes y Gobierno aún no se ponen de acuerdo sobre el lugar en donde llevar a cabo las reuniones para discutir la reforma electoral. Los estudiantes exigen que los encuentros no sean solo de consulta, sino que puedan tener injerencia en cambios a la reforma, el presidente Xi Jinping se ha mostrado cauto y no promete cambios sustanciales. Los paraguas de la revolución esperan si se vuelven abrir o se echan a guardar.

lunes, 3 de noviembre de 2014

Cuando el Estado mata y miente

Publicado originalmente en la Revista Oráculo, de la facultad de Comunicación Social-Periodismo, de la Universidad Externado de Colombia, 2014

Fair Leonardo Porras tenía 3 meses cuando sufrió una meningitis que le produjo convulsiones y reducción de sus reflejos en el costado derecho del cuerpo. La enfermedad le representó una incapacidad cognitiva del 53%, es decir, retraso mental moderado.

Vivía en el barrio Compartir en Soacha. El 9 de enero de 2008 llevaba puesta una chaqueta de cuero y un pantalón gallineto cuando fue engañado por Alexander Carretero, dueño de la tienda “Los Costeños” en Soacha, quien le dijo que lo acompañara a Ocaña a “hacer una vuelta”. Recorrieron 628 kilómetros hasta llegar al barrio Belén, en Ocaña, donde Dairo José Palomino, soldado del Batallón Santander lo recibió en su billar “El Paraíso”. Luego de un rato montaron dos motos, y cerca de las 8 p.m. un falso retén del Pelotón Búfalo 1 del Batallón Santander los detuvo; se llevaron a Fair Leonardo porque no cargaba documentos ya que previamente, junto con el celular, se los habían quitado. Lo subieron en un vehículo NPR gris de placas EDD-215 con destino a Ábrego.

Fair fue conducido a la vereda La Soledad, donde a las 2:30 a.m. del 12 de enero, rodeado de un campo de maíz y tomate, se encontraba de rodillas, con la cabeza inclinada frente al Cabo Carlos Manuel González, los soldados Ricardo García, Richard Contreras y Carlos Zapata, quienes le dispararon 9 veces en la cara, el tórax y el abdomen. Fair no tuvo oportunidad de moverse. Murió por un shock hipovolémico (desangrado).

A las 10:30 a.m., los funcionarios del CTI, Nancy Santiago y Miguel Mejía, llegaron a realizar el levantamiento del cadáver. En el informe que presentaron resaltaron que la víctima portaba un arma en el costado derecho. Fue llevado a Medicina Legal y un mes después, el 11 de febrero, lo enterraron en una fosa común del cementerio “Central”.

Luego de la ejecución de Fair Leonardo Porras, el Mayor Quijano, al amparo de la directiva ministerial 029 de 2005 expedida por el Ministerio de Defensa, que reglamenta el sistema de pagos e incentivos de éxitos militares, solicitó felicitación a todo el pelotón Búfalo 1 por el asesinato, y el Sargento Rodríguez pidió específicamente el reconocimiento y traslado de uno de los asesinos- el soldado Carlos Zapata Roldán- al Batallón Colombia del Sinaí.

Tras la desaparición, Luz Marina Bernal, madre de Fair, junto con sus hermanos, comenzó a buscarlo antes de que pasaran las 72 horas correspondientes para declararlo desaparecido; por eso en la Estación de Policía de Compartir no se efectuó investigación. También acudieron a la Fiscalía de Soacha pero no les recibieron el caso con el argumento de: “luego el desaparecido aparece y ustedes no regresan a quitar la denuncia”. Lo intentaron de nuevo el 8 de septiembre pero ocurría por entonces el “Paro Judicial” y tampoco les atendieron la solicitud. Lo buscaron por todas partes. “Mi hijo mayor y mi hija, la que canta, se disfrazaron de indigentes para hallarlo. Yo les decía: no podemos dejar ningún hueco sin buscar”, cuenta Luz Marina, madre de Fair.

El 16 de septiembre volvieron a saber de él. “Llamaron de Medicina Legal a mi casa. Yo sentí un escalofrío que subía y bajaba por todo el cuerpo; además, era como si me hubieran puesto una piedra gigante. Se acabó la búsqueda: Leonardo estaba muerto”. El 23 de septiembre, Luz Marina, su esposo y su hijo mayor, viajaron a Ocaña para recibir los restos de “Gringo”, como le decían cariñosamente por sus ojos azules.

El proceso de investigación sobre la muerte de Fair se inició el 14 de mayo de 2009 contra los cuatro asesinos, más el teniente Aldair Vargas y el coronel Marco Wilson Quijano. Luego se desarrollaron 6 audiencias preparatorias y 47 días de juicio oral. La primera condena se dictó el 25 de mayo de 2012 y estipuló penas de 30 años para los militares que le dispararon, pero tanto la defensa como la Fiscalía y, sobre todo, la abogada de Fair, Gloria Silva, que buscaba la declaración de crimen de lesa humanidad para los falsos positivos, interpusieron recurso de apelación contra el fallo.

Durante el proceso, los 6 militares que participaron dijeron que hubo un combate de 10 minutos entre ellos y un grupo de 4 extorsionistas que dejó como resultado el fallecimiento de uno de los criminales que portaba un arma Smith y Wesson en su mano derecha.

Resultó extraño para el juez de instancia que 9 personas disparen durante 10 minutos y el terreno que los rodea no tenga rastros de batalla. José Luis Torrado, dueño de la finca “Las Azucenas”, lugar donde ocurrió el “enfrentamiento”, confirmó que el campo no fue dañado en lo más mínimo. Además, Fair no tenía total control de la parte derecha de su cuerpo, lugar donde los peritos del CTI hallaron la Smith y Wesson. Jesús Ardila, investigador criminalístico de la Fiscalía, analizó un video de 10 secuencias donde aparece Fair en una fiesta. En 6 de estas usó la mano izquierda, en 3 tiene las manos en los bolsillos y en la restante usa la mano derecha para sostener un sombrero. A partir de esta prueba, más la historia clínica y el testimonio de la mamá, se definió que Fair era zurdo y tenía dificultades motrices sobre el costado derecho de su cuerpo: no podía manejar un arma. De esta manera, el juez concluyó que la Smith y Wesson fue puesta por los militares junto al cuerpo luego de acribillarlo.

De Fair se dijo que era el líder de una banda de extorsionistas en Ocaña y era él quien cobraba 200 mil pesos por vacunas. Luis Mogollón y Évila Garcés, supuestos testigos, dieron fe de ello. La señora Garcés, además, contó que el 10 u 11 de enero Fair estuvo en su casa exigiendo la plata de la “vacuna”, y ella, asustada, se escondió en un pastizal mientras veía cómo él insultaba y tocaba los senos de su hija Regina. Incluso dijo que alcanzó a detallar muy bien los ojos azules de Fair, pero… ¿Cómo hizo la señora Garcés para ver los ojos del presunto extorsionista estando escondida y fuera de la casa? Además, el antecedente de discapacidad mental hizo poco creíble para el juez que él fuera el líder de una banda que se dedicara a cobrar vacunas.

El testigo Luis Mogollón declaró que el viernes 11 de enero de 2008, decidió contarle al Coronel Álvaro Tamayo que estaba siendo víctima de amenazas y extorsiones, con el propósito de que el militar tomara las medidas necesarias, pero se demostró en el juicio que para la época el Coronel Tamayo estaba de vacaciones, lejos de Ocaña, desestimando así el relato del falso testigo.

Además de los falsos testimonios demostrados en el juicio, también se argumentó la falsificación de documentos para justificar el asesinato de Fair. El Sargento Sandro Pérez fue el jefe de la sección de inteligencia S2 hasta julio de 2008. En octubre de ese año, el Coronel Tamayo lo mandó llamar para que “organizara unas cosas de la oficina”. En esa época, la Fiscalía estaba realizando investigaciones sobre falsos positivos en Ocaña. Willington Álvarez Espitia, perito en informática de la Fiscalía, llevó a cabo una inspección de documentos en el Batallón Santander: encontró el archivo que reporta la muerte de Fair, nombrado “ORDOP número 1 Soberanía”. El documento fue creado el 5 de octubre de 2008, es decir, seis meses después del crimen y en la misma época en que el coronel Tamayo solicitó al Sargento Pérez que organizara unas cosas de la oficina.

Cuatro años y 78 días pasaron para esclarecer la muerte de Fair. El 31 de julio de 2013 se realizó la lectura de la sentencia condenatoria que determinó la culpabilidad por los delitos de desaparición forzada agravada y concierto para delinquir agravado a los cuatro militares que le dispararon; recibieron una condena de 54 años. El teniente Aldair Vargas fue sentenciado a 54 años por delitos de homicidio, desaparición forzada agravados, además de falsedad ideológica en documento público; el mayor Wilson Quijano fue condenado a 53 años por homicidio, desaparición forzada y concierto para delinquir agravados. Estuvo prófugo de la justicia y lo capturaron de nuevo el 5 de junio de este año en Cúcuta.


El fallo sobre la muerte de Fair Leonardo Porras es el segundo que existe sobre falsos positivos; el primero fue por el asesinato de Daniel Pesca y Eduardo Garzón en 2011. Pero es el del joven de Soacha el que logró la categoría de crimen de lesa humanidad; de esta forma cobija a los más de tres mil casos de ejecuciones extrajudiciales que se efectuaron de 2002 a 2009 según el informe “Soacha: la punta del iceberg. Falsos positivos e impunidad”. Gracias a la declaratoria de lesa humanidad, los falsos positivos no prescribirán jamás.