lunes, 17 de noviembre de 2014

Somos varios a lo largo de la vida

Creo que no me concentro porque no encuentro mi centro, escribo desde un lugar que me es ajeno pero que veo todos los días. Este último semestre me ha enseñado que me falta mucho por aprender, que basta con unos pocos amigos y que la salsa tiene tanto de perreo como el reggaetón.

Mis abuelos me han dicho que es normal que seamos varias personas a lo largo de la vida, yo no me siento la misma persona que hace seis meses. He aprendido a escuchar más, a callar más, a embarrarla menos.

“No deje que los malos ratos le quiten las cosas buenas que trae su alma”, me dijeron hace poco. Dios envía ángeles para que acompañen nuestro camino, por eso no hay que sorprenderse cuando el día comienza siendo una mierda y de la nada aparece una vieja amiga que pregunta “¿cómo va todo?”.


Una vez escribí que cada poro de mi piel es un error que he cometido, es que soy tan defectuoso como el “Ay vamos” de J Balvin; pero si las palabras que escribo tuvieran rostro, serían una combinación entre sonrisa indeleble y mirada llena de futuro.

Mis prioridades siempre estuvieron en segundo lugar, ahora tengo más metas que crespos en la cabeza,  encontré mi mirada perdida y dejé de pre ocuparme para ponerme a hacer lo que me hace feliz. Me preguntaron que qué vainas me hacen feliz, respondí que Santa fe, mi hermana, mi trabajo y jugar bolos; bueno, tener eso claro es el primer paso firme de alguien que hace mucho no caminaba solo.

Mi pasado ya no es borroso, y no lo digo por la operación que me quitó la miopía, sino porque aprendí a guardar en mi memoria los instantes en los que me sentí pleno, y como me dijeron mis abuelos, somos personas diferentes a lo largo de la vida, y la caja de pandora que para Daniel eran sus recuerdos, se convirtió en una cajita musical que lo arrulla cuando la pone a sonar.

Y si comencé diciendo que no encuentro mi centro, era mentira, es que la primera frase siempre se me ha hecho complicada, pero ahora que lo pienso, si hubiera comenzado con algo feliz, como terminó siendo el resto del texto, nadie habría leído. En estos meses también aprendí que la gente disfruta el morbo de la tristeza ajena.

No siendo más, los dejo que voy a jugar bolos.


PD: ¡LE GANAMOS 3-2 A NACIONAL! JUEPUTA, POR FIN. Paz en los estadios.

No hay comentarios:

Publicar un comentario