sábado, 28 de julio de 2012

En algún lugar de Colombia


Unos ojos a los que les duele mirar, una boca que teme hablar, la vida se consume entre lo que ha leído y le ha tocado vivir. 

En cada esquina el mundo se contradice, quien aboga por la libertad mandó a matar a quien habló mal de él, está en medio de algo y tiene que escoger, ¿para un lado o para el otro?, si decide ir a la izquierda será terrorista, si escoge la derecha lo conocerán como paramilitar, debe decidir pronto, en donde vive lo más cercano a la tranquilidad es un ataúd, ¿Acaso toda muerte es inútil?

-Por lo menos el muerto ya no tendrá que preocuparse por refugiarse de las balas-Pensó, pero su tiempo se acaba y la decisión debe ser tomada, ahora parece fácil, estando de un lado morirá pronto, estando del otro morirá ya.

A su alrededor las cosas caen, las paredes se agrietan y las aves que suelen cantar a las 12pm no existen, también están escondidas. Él no piensa en ayuda, sabe que en estas condiciones eso no pasará, no es ingenuo, ya perdió la esperanza.

Ya no se oyen disparos, los mismos ojos que antes temían ver se abren como si todavía tuvieran algo importante que presenciar. Su mirada deja caer una lágrima, el alma ha respirado de tranquilidad. Mira hacia al lado, sujeta a su hermano menor de la mano, lo ayuda a levantarse y ambos se ponen en pie, recogen un cuaderno y agarran lápices, ven a la maestra caminar hacia el pizarrón, el horario de clases debe continuar…

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