lunes, 22 de junio de 2015

EN FUEGO CRUZADO


Push pla scratch bam pow. Esquiva que te van a dar. ¡Push  pla pow bam pum! Sé más rápido que te van a alcanzar.

Estás en medio de un fuego cruzado y te quedaste sin balas, tu trinchera no resistirá demasiado. Mira por los orificios y aprovecha un descuido. Resguardarte en otro lado. Push pla pooom. ¡Corre ahora que hay oportunidad!

Tatatatata, qué caliente está esto. Ver quién dispara es suficiente para sentir todo el arsenal impactando en el pecho. Pum pum boom.

El refugio es tan efímero como una buena idea y tan perenne como el bullying a Petro. Pum pa tum. ¡Cierra los ojos que viene una foto bomba!

Tu corazón palpita como el de un ratón, de cualquier lado puede venir el próximo ataque. No estás seguro ni en tu lugar favorito del mundo. Pam pam pam, ¡Una ráfaga de metralla en 140 caracteres! ¡Al suelo!

¡Camúflate!, vístete de odio y brilla las botas con insultos, así lucirás como ellos y te reconocerán como a un igual. ¡Booooom! Un rumor en forma de dinamita. ¡Necesitamos refuerzos!

No puede ser, las oraciones se acaban y la ayuda no llega. El fuego quema las palabras y derrite tu voluntad. ¡Pum pum pa! Todo parece perdido, viene un convoy de comentarios que legitiman el ataque. ¿Dónde están los cascos azules?

Arrástrate, luce como gusano, escarba la tierra, todo es válido para salvarse. No te confíes, tápate los oídos ¡Carajo! Una granada aturdidora con canciones dedicadas. ¡Puuuuushhh!

¿Estás bien? Entiendo que te cueste, acabas de perder tu virginidad en estas peleas. Por el momento el enemigo ha dejado de disparar, tienes tiempo para lavarte y comer un poco.


No te descuides, aún tienes que sobrevivir al par de petardos que están por explotar.

domingo, 14 de junio de 2015

Un man bien fitness


En realidad no pienso mucho, solo me siento en mi cama, en el sillón verde que rasgó Gato, en la terraza viendo atardeceres, en mi sitio de trabajo o en el balcón de la finca; con la mirada desorbitada, fingiendo para ojos ajenos que estoy por consumar una idea trascendental. Pero no es así, mi cerebro viaja, se pierde, levita y le deja todo a la inconformidad que siento conmigo mismo todos los días.

Últimamente mi cerebro se ha perdido más veces de lo acostumbrado, está mamado de ganar todas las batallas y verse opacado por el show mediático del drama, que hace parecer inútil el resultado de las peleas.

Lo que sucede es simple: no puedo tomar decisiones sensatas sin corresponderlas con actos sensatos, en resumen: siempre la cago. Tengo la estabilidad de la falla de San Andrés.

La última gran decisión que tomé es tan inmensa que no alcanzo a rodearla con los brazos, pesa más que una consciencia cochina y la arrastro a donde voy.  A veces es invisible y ligera como la capa de Harry Potter, tan imperceptible que hasta yo la olvido; pero otras veces es un ancla de portaviones, un grillete recién fundido que me quema los tobillos y las muñecas.

Es una carga que aún no controlo, quisiera poderla sostener más de una hora, por lo menos un día, pero solo caigo y me levanto y caigo y me hundo y me sigo hundiendo. Me dijeron que Dios no pone cargas que uno no pueda llevar, pero parece que ignorara que hace mucho no voy al gimnasio.

Me estoy ejercitando de todas las maneras que encuentro para aumentar mi fuerza de voluntad, tonificar mi perseverancia y sacar pecho pa´cuando la tentación me embista. Primero de a tres repeticiones diarias, luego 4 y así hasta que las pueda hacer siempre que esté despierto. No puedo permitirme más debilidad, la decisión se tomó y voy a poder con ella. Tengo que tener una autoestima bien fitness.

Luego del entrenamiento me gusta pensar que me preparo para algo más que resistir, para algo más que superar. Disfruto ver personas que me alimentan saludablemente el optimismo, ya sea porque pasaron por algo parecido a lo mío, o porque son tan distantes que me permiten idealizarlas y creer que puedo conseguir algo similar, o mejor.

De verdad que lo estoy intentando, siéndole esquivo al veneno y al odio, que para la analogía de este escrito vendrían a ser grasas trans y exceso de carbohidratos.

No puedo permitirme lamentaciones por lo que no hice y no voy a poder cumplir; además, uno no debe prometer nada para no endiosar situaciones de futuro. Seguramente eso que uno anhela tanto, en realidad no es tan importante para el otro. No deseamos compartir nada con nadie en específico, solo queremos que alguien esté cuando vivamos eso que juramos, sea con quien lo prometimos, o con algún otro que se atraviese en el camino.


El entrenamiento no da espera, es hora de empezar con las repeticiones, reactivar músculos que hace mucho utilizo y alimentarme solo de cosas buenas, y reales. Tengo que ser un man bien fitness.