miércoles, 17 de diciembre de 2014

Cercana y difuminada

Le escribo porque no la conozco, por ser imagen borrosa, porque a esta altura sigo sin alcanzar a verla.

Le escribo porque me intriga, me cuestiona. Le escribo para suponerla, para recrearla a mi placer. Usted me vuelve imaginación.

Le escribo porque me emocionó hablarle, porque las ansias se volvieron “Hola” y el escepticismo tuvo respuesta.

Le escribo porque no hay mucho por decir, que no haya nada a veces lo es todo.

Le escribo porque evadí la pregunta de su mirada, porque sabía qué decir pero no cómo, no supe coordinar mi cerebro con mis letras; pero tenga por seguro que ya tengo una respuesta clara.

Le escribo porque me dejó ustearla, porque de a poco me deja ser yo.


Le escribo porque es menester una nueva idea en mi texto, porque aún no sé si quiero conocerla.

lunes, 1 de diciembre de 2014

Pasajero en varias vidas



De mí tendrás el aliento cerca, la caricia en el rostro y el abrazo fuerte.

Las yemas de mis dedos dibujarán imposibles en tu abdomen,
seré sudor en tu cuello y rasguño en la espalda.
Seremos sábanas destendidas y cabellos enredados.

Te ofrezco mi risa desafinada y mis pies arrítmicos,
mis manos temblorosas y mis susurros a medianoche.

No seremos amigos ni amores,
porque aunque nuestros pechos se junten, los corazones jamás se encontrarán.

Por lo pronto tienes el derecho de desvelarme,
de beberte mi energía y elevar mis niveles de oxitocina.

No te dé miedo tomarme de la mano por la calle,
detenerme en medio del mundo para besarme.
Sabemos que nuestra historia será corta
y no debemos cohibirnos por el qué dirán.

Tampoco trates de manejar mi tiempo ni mi libertad,
no soy de tu propiedad.
Seré exclusivamente tuyo cuando estemos juntos,
no ocurrirá así en ningún otro momento.

Vivámonos, fumémonos, sintámonos, quemémonos.
Podemos hacernos y deshacernos las veces que queramos.

Seré tu compañía fugaz, un pasajero en tu vida.

No te puedo ofrecer más.