Unos ojos a los que les duele mirar, una boca que teme
hablar, la vida se consume entre lo que ha leído y le ha tocado vivir.
En cada
esquina el mundo se contradice, quien aboga por la libertad mandó a matar a
quien habló mal de él, está en medio de algo y tiene que escoger, ¿para un
lado o para el otro?, si decide ir a la izquierda será terrorista, si escoge la
derecha lo conocerán como paramilitar, debe decidir pronto, en donde vive lo
más cercano a la tranquilidad es un ataúd, ¿Acaso toda muerte es inútil?
-Por lo menos el muerto ya no tendrá que preocuparse por
refugiarse de las balas-Pensó, pero su tiempo se acaba y la decisión debe ser
tomada, ahora parece fácil, estando de un lado morirá pronto, estando del otro
morirá ya.
A su alrededor las cosas caen, las paredes se agrietan y las
aves que suelen cantar a las 12pm no existen, también están escondidas. Él no
piensa en ayuda, sabe que en estas condiciones eso no pasará, no es ingenuo, ya
perdió la esperanza.
Ya no se oyen disparos, los mismos ojos que antes temían ver
se abren como si todavía tuvieran algo importante que presenciar. Su mirada
deja caer una lágrima, el alma ha respirado de tranquilidad. Mira hacia al
lado, sujeta a su hermano menor de la mano, lo ayuda a levantarse y ambos se
ponen en pie, recogen un cuaderno y agarran lápices, ven a la maestra caminar
hacia el pizarrón, el horario de clases debe continuar…