No quiero estar más tiempo solo, no quiero seguirme
acostando con viejas que no me gustan, no quiero conocer a alguien y
esperanzarme, no quiero que las esperanzas se acaben a las dos semanas.
No quiero seguir reprochándome lo que hice mal, no quiero
seguir cargando cruces ajenas, no quiero recibir tanto odio, no quiero estar
solo, no quiero estar solo.
No quiero que mis metas sigan siendo metas, no quiero
sentirme inútil, no quiero sentirme limitado, no quiero sentir que pierdo el
tiempo, no quiero escribir cosas que no me gusta escribir.
No quiero seguir viendo películas solo, caminar solo,
trasnochar solo, almorzar solo, reírme solo, cantar solo, discutir solo,
imaginar solo.
No quiero esperar mensajes, no quiero esperar llamadas, no
quiero esperar disculpas, no quiero esperar, no quiero seguir esperando. Estoy
cansado de esperar.
Quiero que los días sepan a café y huelan a cerezas, quiero
que tengan el color de su piel y se sientan suaves como sus pómulos. Quiero
verla en todas partes, pisar sus pies, abrazar su espalda, escribir en su
pecho, dormir en su vientre.
Quiero hacer bien lo que hice mal, quiero aprender nuevas
palabras, oír más canciones, saber de sus viajes, de cómo es el mundo, quiero
ir a Finlandia y ver una aurora boreal.
Quiero sentarme tranquilo a la mesa, quiero aprender a
escribir, quiero aprender a bailar, quiero que me lea, que imagine, que explote
a carcajadas, que explote por comer empanadas.
Quiero que santa fe gane los tres torneos, quiero que esté
conmigo así lo perdamos todo.
No sé bien a quién le escribo esto, si a usted, si a alguien
más, si a mí. Hay un poco de los tres. Solo sé que es frustrante saber que aún
no es el momento indicado.